Director de Calidad Integral

Curiosa, entusiasta e incansable. Así se definió hace 50 años, cuando entró en la escuela de Periodismo, y así se sigue definiendo a día de hoy Rosa Mª Calaf. Su icónico pelo rojo y su incomparable trayectoria periodística hacen de ella una de las corresponsales más emblemáticas de la televisión en España. En la retina y en la memoria quedan aún sus incontables reportajes, conexiones en directo y coberturas internacionales para TVE. La veterana reportera no sólo fue una pionera del periodismo televisivo, sino que acabó convertida, a través de la pantalla, en testigo directo de gran parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX. Con su estilo directo e innovador, inspiró a futuras generaciones de periodistas y llevó a los hogares españoles algunos de los lugares más recónditos del mundo. Su obsesión siempre fue contar las historias de los que no tienen voz, porque para ella “el periodismo debe hacer visible lo invisible y contar lo que otros callan”.

Tras una vida de dedicación absoluta al mundo de la información, Rosa Mª Calaf se muestra crítica con algunas prácticas del periodismo actual: “Es fundamental que los medios de comunicación vuelvan a poner por delante la información de calidad”. A los ciudadanos, especialmente a los jóvenes, les advierte: “Hay que ser muy exigentes y críticos con la avalancha de información que recibimos, para aprender a diferenciar lo que es tóxico de lo que no lo es”. Para ella, el ejercicio del periodismo lleva consigo una enorme responsabilidad y es, junto a la educación, uno de los pilares de la construcción social: “Porque el saber, claramente, es lo que nos hace libres”, concluye.

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